domingo, 25 de noviembre de 2012

¿QUÉ NOS HACE SEXY?
¿Alguna vez te has preguntado qué es realmente el sex appeal? Este término anglosajón que a todos ya nos resulta tan familiar se identifica de inmediato con la atracción física y sexual de una persona o con el conjunto de características que hacen que dicha persona resulte atractiva física o sexualmente. Pero… ¿cuáles son esas características?, ¿por qué nos atrae más una persona que otra? Evidentemente, ambas preguntas han sido objeto de todo tipo de estudios en universidades e instituciones científicas. 

Aunque resulta muy difícil llegar a conclusiones 100% acertadas, sí existen ciertos factores que parecen interferir en el secreto y complejo mundo de la atracción. Entre ellos, la importancia de apoyarse en las mismas creencias, gustos y valores; la complementariedad (los matrimonios felices se apoyan en la capacidad de cada uno para satisfacer las necesidades del otro); el hecho de ser competente; la atracción física (ciertos estudios indican que las personas de gran belleza física son también percibidas como psicológicamente atractivas); y la cultura, ya sea entendida como sabiduría (conjunto de conocimientos que permite a alguien desarrollar un juicio crítico) o como manifestación en que se expresa la vida tradicional de un pueblo determinado. En base a ello se entiende el hecho de que las personas que viven en países alejados del suyo se acerquen a aquellos que entienden y comparten su mismo sentir cultural. Ahora bien, no debemos olvidar que las diferentes culturas también tienen criterios muy diversos sobre lo que constituye la belleza física, variando incluso con el paso del tiempo. Esto se ha observado notablemente en relación con la figura de la mujer ideal. Por lo general, siempre se consideró que la belleza facial era más importante en la mujer que en el hombre, aunque en los últimos años su peso y la estatura determinan el canon de belleza por excelencia. 

Por otra parte, ciertos autores también consideran que las personas perciben sus sentimientos en términos de utilidades, es decir, cuanto mayor es la recompensa, mayor es la atracción. Dicho de otra manera, nuestras actitudes hacia los demás pueden verse influenciadas por la evaluación de las recompensas que éstos tendrán para nosotros. De ahí que muchas personas se sientan atraídas por otras de mayor nivel adquisitivo 

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